Duelo nacional | Jorge Álvarez Banderas

Por: Dr. Jorge Álvarez Banderas

17 de agosto de 2020

¿Es usted un servidor público de alguna dependencia o entidad de la administración pública federal? ¿El viernes 13 pasado cesó por un minuto sus labores de oficina a las 12:00 del día para guardar un minuto de silencio? Bueno, es una obligación (sin sanción) que tiene que llevar a cabo desde esa fecha, hasta el día 11 de septiembre próximo, con motivo de los decesos de las personas y contagios en nuestro país causados por la pandemia de enfermedad generada por el virus SARS-CoV2 (COVID-19), declarada por la Organización Mundial de la Salud, el 11 de marzo de 2020.

¿Dónde se establece lo anterior? En un Decreto signado por el titular del poder ejecutivo federal en esa misma fecha, publicado en una edición vespertina de ese mismo día en el Diario Oficial de la Federación, mediante la cual se declara en testimonio del dolor ante los sucesos antes referidos, “duelo nacional” de treinta días, debiendo izar la bandera nacional a media asta; la tarde de ese dia ya se anunciaban 55 mil 908 lamentables decesos.

Con este Decreto se reconocen los grandes esfuerzos que ha realizado el personal médico y sanitario de los sectores público y privado, tanto a nivel federal como de las entidades federativas, de los municipios y de las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, para prevenir la propagación de esta enfermedad y dar tratamiento a las personas que han requerido atención y hospitalización, dada la gravedad de los síntomas y el daño que en un número importante de casos ha causado el COVID-19.

Hoy se publica en el mismo medio por el presidente de la nación, el Decreto por el que se aprueba el Programa Sectorial de Salud 2020-2024 (Programa), en dicho Programa se contemplan dos virus (VHC y VIH) excluyendo lo que hoy nos preocupa a la gran mayoria de los ciudadanos, el SARS-CoV2; por un lado se anuncia como fundamento del “duelo nacional” el dolor por los decesos y contagios de este último, y por otro sencillamente se pasa a ignorar como si fuera algo pasajero con lo que se debe lidiar y que con el paso de los días, las cosas volveran a la normalidad.

Los fundamentos normativos de elaboración del Programa estan cargados de demagogia, donde la palabra “corrupción” se cita hasta en quince ocasiones, acompañada de reproches hacia administraciones pasadas, se lamenta de que el sistema de salud pública es insuficiente, ineficiente, depauperado y corroído por la corrupción; por lo que se hace necesaria una transformación desde los cimientos para implementar una política de salud integral para toda la población, priorizando la prevención de enfermedades a través de hábitos saludables y activación física, asimismo, señalan que el combate a la corrupción permitirá una adecuada distribución de los recursos y la dignificación de los hospitales públicos para el año 2024.

Aprovecha para “sentar” bases electorales, precisando en una continuación de un discurso demagógo, que para lograr el cumplimiento del Plan Nacional de Desarrollo (PND) de donde deriva el Programa, el propio PND prevé como principios rectores: “Honradez y honestidad”; “No al gobierno rico con pueblo pobre”; “Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie”; “Economía para el bienestar”; “El mercado no sustituye al Estado”; “Por el bien de todos, primero los pobres”; “No dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera”; “No puede haber paz sin justicia”; “El respeto al derecho ajeno es la paz”; “No más migración por hambre o por violencia”; “Democracia significa el poder del pueblo”, y “Ética, libertad, confianza”;

Si las palabras no se acompañan de acciones son palabras muertas, si lo que se dice no corresponde a la realidad se es incongruente; hoy el dato de los decesos llega ya a 57 mil 23 decesos. @lvarezbanderas
_______________
Imagen destacada tomada de la web.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.