Defensa penal y el batallar en el estado mexicano | Juan J. Santillán G.

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La defensa penal, se caracteriza por tener infinidad de interpretaciones, hoy en día tenemos un solo código pero con mas de treinta interpretaciones, las cuales son variables de sala a sala, esto es dentro de un mismo recinto judicial, porque en palabras coloquiales desde las propias salas, se despachan resoluciones contradictorias.

Es por eso que el abogado debe no solo batallar, con los mismos embates que se dan en las fiscalías, en donde en demasiadas veces se puede observar que lo únco que se quiere es atender a las estadísticas sin arrancar el problema de raíz, ese mal que por años nos viene aquejando, en donde se ve la procuración de justicia tan lejana y que nunca llegará.

En realidad el cambio que se hizo en donde se da una transición, de un sistema desgastado y longevo, esta funcionando, o solo se hizo para estar a la vanguardía, he tenido la oportunidad de llevar defensas y capacitaciones en casi todo el territorio mexicano y contribuir en el extranjero.

Y es doloroso, el enfrentar situaciones en nuestro querido país en donde parece que la reforma y el respeto a los derechos humanos, de las partes en un proceso penal, es letra muerta, y no únicamente me refiero a los imputados de un hecho delictivo sino a las propias víctimas que recintieron un hecho punible.

Se pide justicia a gritos, en donde muchas veces el estado mexicano falla, reciente una sentencia de la CIDH, en donde se hacen recomendaciones, es lamentable observar a un personaje de la política de nuestra nación, saliendo a decir que la CIDH, no tiene injerencia en nuestro país y que para ello tenemos la constitución.

Si bien tenemos la constitución, pero no debemos perder de vista que el estado mexicano debe aplicar un sistema convencional y ser garante de los derechos humanos, ya que pareciera, que en vez de lograr una parsimonía, estamos entrando a un caos cada vez mayor.