El sistema fiscal mexicano es autodeclarativo, de confianza hacía el contribuyente por parte del Estado, en cualquier momento y derivado de los programas de fiscalización pueden hacer uso de sus facultades para revisar el correcto cumplimiento de sus obligaciones, en el año 2014 se incorporó al Código General Tributario dentro de estas, la de poder realizar revisiones electrónicas, situación que permite hoy en día la verificación en línea con el consecuente ahorro en el personal actuante, así como la eliminación de errores en las actuaciones, lo que a la postre ocasionaba que en vía de impugnación, el acto administrativo de fiscalización quedara insusbistente, independientemente de que el contribuyente no hubiese cumplido con el entero de las contribuciones a su cargo en tiempo y forma.
Durante muchos años subsistió para personas físicas el régimen de “cuota fija”, donde el particular declaraba el nivel de ingresos estimados que tendría en el ejercicio fiscal y así se ubicaba en una tarifa para entonces, bimestralmente realizar sus pagos; en el mismo sentido el sector autotransporte tributaba bajo el esquema de “bases especiales de tributación”, pagando bimestralmente en atención al tipo de unidad vehicular; con el tiempo se migra al esquema del “régimen simplificado” con una serie de facilidades administrativas para diversos sectores primarios; a partir del año 2014 el nuevo régimen de beneficio para personas físicas es el actual “Régimen de Incorporación Fiscal”, el que permite durante 10 años ir gradualmente pagando el Impuesto Sobre la Renta que resulte a cargo.
Hoy la administración federal encargada de la hacienda pública anuncia que el próximo 8 de septiembre propondrá al Congreso General el establecimiento de un nuevo régimen fiscal, por ahora llamado “de confianza” enfocado a contribuyentes cumplidos, buscando la simplificación administrativa, de manera que se puedan pagar fácilmente los impuestos tanto para personas físicas como para sociedades, atendiendo a sus niveles de ingresos; se pretende que todas las declaraciones bajo este nuevo esquema estén programadas, y que un robot determine el pago de impuestos que corresponda a cada contribuyente; se anuncia que en algunos casos y, sobre todo para los estratos más bajos, puede ser que se pague una cantidad menor a la que se paga ahora, porque a lo que se le está apostando es a que se aumente la base de contribuyentes.
Una cosa es cierta, el fisco conoce todas nuestras operaciones que se manejan bajo el amparo de contribuyentes fiscales, razón por la que no le es difícil determinar bases estimadas para determinar las contribuciones a cargo de manera natural, sin embargo en algunos casos, no siempre podrá ser una base objetiva, debiendo el contribuyente realizar ajustes para pagar la cantidad de impuestos correcta.
Cada cambio de régimen fiscal siempre se ha acompañado del anuncio oficial del gobernante en turno de que los contribuyentes prescindirían de sus contadores, en razón de que el régimen es tan sencillo que cualquiera podría realizar sus registros y pagos, hoy ese aviso no es la excepción; un régimen de este tipo debe ser opcional, ya que para algunos contribuyentes podrá ser de beneficio y para otros no, lo cierto es que aún y cuando pueda resultar sencillo tal régimen impositivo, la contaduría pública siempre estará al lado del contribuyente. @lvarezbanderas