La acepción de la palabra “carajo” es diversa de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española, va desde señalar a la persona a la que en una conversación no se quiere mencionar para desvalorizarla, o bien para expresar un fuerte rechazo de algo o de alguien, es una palabra para expresar sorpresa o contrariedad, o bien para expresar algo muy grande o muy intenso, es un término para expresar algo despreciativo, enfadoso o molesto, en el mismo sentido sirve cuando algo se daña, estropea, algo sale mal o tiene mal fin, la palabra en su uso denota fuerte negación, decisión o contrariedad, la expresión denota negación, rechazo, en términos valorativos se utiliza para expresar el valor de algo, en un sentido de muy poco o nada, la palabra es propia para rechazar algo o a alguien con insolencia o desdén.
Cuando el actual titular del poder ejecutivo federal, el seis de septiembre de 2006, se daba cuenta de que la ventaja electoral de otro candidato a la postre presidente de la nación no le favorecía, “mandaba al diablo” las instituciones, en una clara indiferencia y menosprecio de los otros, que no participaban de su sentir, una frase lapidaria que le ha perseguido en el tiempo y que ahora, con la investidura presidencial, sin más, “manda al carajo” a quienes le reclaman no acercarse a los deudos de las víctimas del accidente de la línea 12 del sistema colectivo de transporte capitalino.
La desesperación es evidente, en menos de un mes su carácter puede volcarse en un mayor odio a los demás al ganar o perder su partido político el control del Congreso General, su actitud no aminorará con el éxito o el fracaso, al parecer su trastorno de personalidad narcisista es más evidente, y si, muchos nos equivocamos, en lo personal el suscrito, confié en la persona, asumí que aquel hombre retador siendo presidente cambiaría el estado de cosas en favor de todos y le brinde mi voto para eso, el resultado hoy es más que evidente.
Lo que deseaba se me cumplió, bajo la premisa de vivir en un caos como el actual, asumía que podríamos reaccionar y voltear a vernos en una unidad para atender de manera genuina el bien común y salir adelante, situación sumamente riesgosa por la polarización que mantiene cada mañana hacia quién no es leal a sus “principios”; en unos días tendremos una oportunidad para actuar y enderezar el rumbo de la nación.
Debemos salvar a la nación mexicana del absolutismo, tendremos que dar el voto a partidos no afines ideológicamente entre sí el domingo 6 de junio, no me refiero a ningún partido de reciente creación, esos son satélites del partido en el poder, me refiero a los institutos políticos que en el pasado reciente tampoco sus representantes hicieron bien las cosas -PRI PAN PRD-, pero no votamos en 2018 para lo que hoy estamos viviendo, rescatemos a México; no mandemos al carajo al señor presidente, solo hagamos lo nuestro, él motu proprio se ira a donde quiera. @lvarezbanderas