La reapertura de la Escuela Normal Rural de El Mexe, en el estado de Hidalgo, es una muestra más de la continuación de la guerra sucia con otros métodos, ahora encabezada por la Cuarta Transformación (4T).
La CNTE-Hidalgo es categórica al decir “Exigimos que sea la institución de más alto nivel que impulse una educación pública, popular, laica, nacional, gratuita, científica, intercultural, descolonizadora y liberadora, para lograr la educación que los mexicanos y mexicanas necesitamos. Seguimos luchando por una oportunidad para todos, y por la recuperación del sistema de internado” (2019, A 15 AÑOS HEMOS DADO UN GRAN PASO, EL MEXE SE ABRE, 18 de mayo de 2019, versión electrónica).
El mensaje de la CNTE-Hidalgo no es poca cosa; nos dice claramente que la reapertura de El Mexe no cumplió con las expectativas que se esperaban y eso, aunque lo reconocen como “un gran paso”, no deja de ser un golpe a la lucha que por muchos años han sostenido los estudiantes normalistas rurales y los maestros democráticos del país.
Es muy lamentable, no quisiera decirlo, pero al paso de los días y las semanas, se derrumban poco a poco las promesas de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Para el caso concreto de la Escuela Normal Rural de El Mexe, el presidente AMLO ha incumplido por lo menos tres promesas: 1. No admitió a todos los solicitantes de ingreso, 2. No se reabre como escuela normal rural con sistema de internado, y 3. No será regida académicamente por el sistema de normales de la SEP.
La historia más contemporánea de las normales rurales, de los años 50 del siglo pasado a la fecha, está teñida de represión, está manchada por los planes terroristas de la guerra sucia, y sólo la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa hace casi cinco años, logró mostrar el total abandono en que se encuentran y el desprecio absoluto hacia ellas, de los gobiernos que sojuzgaron el país.
Las normales rurales cumplieron un papel trascendental en las luchas populares desde que fueron fundadas, y en los tiempos más cercanos, han acompañado combativamente a los movimientos de trabajadores ferrocarrileros, metalúrgicos, telefonistas, petroleros, médicos , de profesores, y de estudiantes universitarios que fueron arteramente reprimidos.
La guerra sucia que impuso en toda américa latina el gobierno norteamericano, fue aplicada fielmente en México por los gobiernos en turno; el país se pintó de sangre por los asesinatos políticos, las desapariciones de luchadores sociales fueron una constante y las cárceles se abarrotaron con rebeldes acusados de “disolución social”. Los estudiantes normalistas rurales fueron vigilados día y noche por las corporaciones policiacas de inteligencia mexicana; la Agencia Central de Inteligencia gringa (la CIA), era informada cada día de lo que ocurría en estas escuelas debido a la gran influencia que tuvieron los profesores guerrilleros Genaro Vásquez y Lucio Cabañas en los años 60, el líder agrarista Rubén Jaramillo en 1962 y la guerrilla encabezada por el profesor Arturo Gámiz en el asalto al cuartel Madera en 1965. La orden era acabar a como diera lugar “con la amenaza comunista”.
La lucha por la sobrevivencia de las normales rurales continuó en medio de la guerra cristera (1926-1929), la guerra contra la educación socialista (1934-1940), la guerra por la educación de unidad nacional (1940- 1970) y la guerra sucia (de 1970 a la fecha). Algunos datos pueden ilustrar esta pelea: en el año 1931 eran 16 escuelas, en 1939 eran 36 , en los años 60 eran 29, en los años 70 se redujeron a 18 y actualmente, con la desaparición de la escuela normal rural Mactumactzá y la reapertura de El Mexe, sobreviven 17.
Por eso no podemos celebrar del todo la reapertura de la escuela normal rural, como tampoco celebramos del todo la cancelación de la parte punitiva de la reforma educativa de Peña Nieto y la asunción de la nueva reforma educativa Peña-AMLO.
La declaración política-académica de la CNTE-Hidalgo respecto a la reapertura de El Mexe, nos obliga a cuestionar enérgicamente a un gobierno que solicitó nuestro voto para realizar “el cambio verdadero” e hizo promesas que se niega a cumplir. Prometió que de la reforma educativa de Peña Nieto no quedaría ni una coma y sólo le quitó un pelo; prometió que reabriría la escuela normal rural de El Mexe y sólo nos cumple con un remedo que de escuela normal rural nada más tiene el nombre.
No podemos callar, no debemos callar; porque lo que nuestro pueblo ganó en las urnas, lo está perdiendo en negociaciones a ultranza con la mafia del poder y la clase política que ya se erige como el Nuevo Pacto por México.
Decisiones como la que ha tomado la 4T en la reapertura de El Mexe, nada tiene que ver con lo que se pregona y se presume todos los días desde el poder presidencial.
Admitir sólo a unos cuantos aspirantes, amenazarlos para que no se organicen ni acudan a reuniones de la CNTE, decirles que si protestan vuelven a cerrar la escuela, son prácticas y discursos propios de gobernantes neoliberales burgueses y la continuación de la guerra sucia contra las normales rurales.
Sostengo que es un crimen de Estado el plan sistemático y permanente de acoso y represión a las escuelas normales rurales. La continuación de esta práctica involucra al gobierno en todos los niveles y al mismo Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y su Comité Nacional charro, así como a los empresarios y caciques de las regiones y las televisoras del país.
A los que acosaron, persiguieron y destruyeron las escuelas normales rurales durante todos estos años, se les enfrentó con organización y movilización popular, por eso sobreviven unas cuantas, todo parece indicar que así seguirá siendo.