Tomarse las fotos junto al actual presidente de la república, después de una reunión privada en palacio nacional, no tiene las mismas explicaciones políticas para la representación de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE con C) que para el Comité Ejecutivo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE con S).
La CNTE se tomó la foto el día lunes 20 de mayo tras entregar un documento donde fijó su posición con respecto a la reforma educativa y escuchar al mandatario, quien se comprometió a una nueva reunión para el lunes 27 de mayo.
El SNTE se tomó la foto el miércoles 22 de mayo. Mostró sumisión ante la reforma educativa de López Obrador, como en su momento lo hizo con la de Peña Nieto, y anunció que se reunirán con las autoridades “el día que quieran” (La Jornada, 23/mayo/2019).
La CNTE llevó en su carpeta de presentación una lucha de 40 años -desde 1979- contra la corrupción y la sumisión en el SNTE, y en defensa de la educación pública y los derechos laborales de los maestros. En cambio, el SNTE llevó en su carpeta un negro historial de asesinatos, persecución, charrismo y colaboracionismo con el Estado, que ejecuta desde su fundación en 1943.
La CNTE se reúne con el presidente después de resistir, en el sexenio de Enrique Peña Nieto, contra una reforma educativa criminal que profundizó la crisis de la educación en México y que quiso entregar las escuelas públicas a las leyes del mercado e iniciar el despido de maestros con una ley que les autorizaba usar el garrote y las balas, en caso de oposición.
El SNTE se reúne con el presidente tras un sexenio de complicidades. Apoyó la mal llamada reforma educativa de manera incondicional, permitió el cese de cientos de maestros que se negaron a presentar exámenes punitivos y avaló con su silencio mercenario todas las atrocidades cometidas contra maestros y padres de familia que fueron golpeados, encarcelados y asesinados.
La CNTE se reúne con el presidente con un acumulado de fuerza moral incuestionable; mientras los charros del SNTE llegan a palacio nacional, pusilánimes, vistiendo distinto ropaje, de tricolor a morena, adaptándose a las nuevas circunstancias y esperando las promesas que puedan ofrecerles para seguir medrando en el sindicato más grande de américa latina, robándose las cuotas sindicales de cientos de miles de maestros y sirviendo al mejor postor.
La CNTE demandó al presidente que la Secretaría de Educación Pública (SEP) deje de ser refugio de tránsfugas y corruptos, aunque no dio los nombres de Gilberto Guevara Niebla, Sylvia Schmelkes, Héctor Garza o Germán Cervantes Ayala. Le expresó que enfrentar la criminal reforma educativa, costó vidas como las de los profesores David Gemayel Ruiz Estudillo y Antonio Vivar Díaz o las de los pobladores de Nochixtlán, y que por ello no aceptaba una reforma educativa de la cuarta transformación (4T) incompleta, y que le exigían que cumpliera con su compromiso de abrogación total “para poder iniciar la reconstrucción del sistema educativo mexicano” (documento oficial de la CNTE, 20/mayo/2019).
La CNTE, expresó al presidente Obrador, que jamás aceptará un régimen de excepción laboral donde los derechos de los trabajadores de la educación sean conculcados, como quedó asentado en la reforma aprobada. Que tampoco permitirá que organismos financieros internacionales como la OCDE y grupos empresariales nacionales se entrometan en la definición de las políticas de la educación pública de México. Recordó que la CNTE tiene una propuesta educativa (Hacia la educación que necesitamos los mexicanos, mayo de 2013), y que no la tomaron en cuenta. Que vuelven a imponerse en la nueva reforma, temáticas ajenas al discurso educativo democrático como “excelencia”, “certificación” y “organismos autónomos” y que seguirá luchando en las calles y las plazas porque sólo le quitaron lo punitivo a la reforma de Peña Nieto y todo lo demás quedó igual (documento oficial de la CNTE, 20 de mayo de 2019).
Los charros del SNTE se presentaron a solicitar que los tomen en cuenta en la asignación de las plazas, a que los consideren en la discusión de las leyes secundarias, a defender timoratamente las clases de tecnologías y a ofrecerle a López Obrador todo su apoyo “en su lucha por mayor justicia social y combate a la pobreza”, porque ellos sí representan verdaderamente a los maestros de México pues suman 2 millones 100 mil, mientras la CNTE “solo representa a 300 mil” (La jornada, 23/mayo/2019).
La CNTE informó al presidente que durante 40 años ha exigido a los gobiernos en turno inviertan el 12 por ciento del producto interno bruto en educación, mejoren la condición salarial de los maestros, se combata en serio la corrupción, la venta de plazas, y se acabe con el tráfico de influencias.
Los charros del SNTE llegaron a solicitarle al presidente que todo siga igual, que les permitan seguir manipulando a los maestros del país y vendiendo sus servicios para contribuir a la gobernabilidad, como lo han hecho durante 76 años.
Las fotos pueden decirnos muchas cosas, las palabras leídas o expresadas también, pero los hechos son los hechos, y las prácticas son las prácticas, y eso no lo borra nadie.
Las dos fotos más vistas por los maestros del país y la opinión pública muestran, en una, a 28 maestros de la CNTE posando junto al presidente; a la diestra de Obrador, un poco borrosa, la foto del secretario general de la sección 22 de Oaxaca, profesor Eloy López Hernández. En la otra foto, la de los charros del SNTE, aparecen 22 profesores, en esta foto sí aparece el secretario de educación Esteban Moctezuma; a la diestra del presidente, más nítida, sonriente, aparece el charro mayor Alfonso Cepeda Salas. Dos fotos para la historia de un sexenio que empieza a escribirse.
Este lunes 27 de mayo la presidencia de la república dará respuesta por escrito a los planteamientos de la Coordinadora Nacional; se espera sean alentadoras para evitar otro sexenio de desgaste y confrontación con el Estado; de no ser así, se vaticina lo que ha dicho en muchas ocasiones el secretario general de la sección 7 de Chiapas, profesor Pedro Gómez Bámaca, “si no nos cumplen, la abrogaremos en las calles”; por cierto, el maestro Bámaca no aparece en la foto.